jueves, 13 de abril de 2017

La soledad es ir a comprar un sandwich mientras velas a tu madre en un hospital

Una plaza aligera las cargas del complejo hospitalario, pero parte del efecto acogedor desaparece al instante al ver los negocios que la limitan. Un pequeño centro comercial en el que no falta un escaparate con turbantes para enfermas de cáncer, un banco, un mc donalds, y la avenida por donde los coches intentan apurar la velocidad antes de meterse de lleno en el tráfico saturado de la vía más importante de la ciudad.

El cielo gris por las nubes te acompaña en tu ánimo, y caminas lentamente intentando apurar esos minutos de luz natural. Empieza a chispear cuando oyes la música que pone el ciego que vende iguales a la entrada del centro comercial. Suena Aleluya de Leonard Cohen.

Lla magia de su ritmo creciente me sumerge en uno de esos valiosos momentos en los que el tiempo, la cantidad de tiempo, futuro o presente, no importa, tan solo las sensaciones. El voluntario de la cruz roja se ha acercado al oír la música, también. lleva toda la mañana vendiendo décimos. Disfrutamos de ese tipo de momentos gracias a la música que pone el ciego. Nos miramos y nos entendemos. Cuando termina la tregua volvemos a nuestras acticvidades. El sandwich, los décimos, el cáncer.

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